La fabricación de automóviles ha evolucionado hacía la mejora del consumo, el impacto medioambiental y seguridad. Estos consumen menos, contaminan menos pero también son más seguros. Los elementos de seguridad se dividen en dos categorías: activa y pasiva.
Los elementos de seguridad pasiva actúan sin intervención del conductor para reducir los riegos de lesiones en caso de accidente. Son los parachoques, el cinturón de seguridad y el airbag.
Por seguridad activa entendemos los elementos que garantizan el buen funcionamiento del vehículo en marcha. Estos proporcionan estabilidad, seguridad y una óptima respuesta a las ordenes que el conductor transmite al vehículo. Estos elementos básicos son el sistema de dirección, la suspensión, la climatización, los frenos, los neumáticos, el alumbrado del vehículo, el limpiaparabrisas y la calefacción de las lunas. Vamos a centrarnos en los elementos activos que son más susceptibles de desgaste. Es fundamental que estos elementos estén en perfecto estado y para ello es recomendable realizar una revisión de seguridad antes de unas vacaciones o un viaje largo; y si añadiremos a estos elementos la revisión de lubricante y filtros podemos considerar que hemos realizado las tareas básicas para que disminuyan las posibilidades de tener una incidencia mecánica en nuestras vacaciones.
Para que esta revisión sea efectiva deberán de revisar principalmente todos los elementos de desgaste: neumáticos, frenos, amortiguadores, iluminación y dirección .Deberán de darnos un diagnostico profesional y razonable del estado de nuestro coche. Si es necesario o no sustituir piezas, la vida que le queda útil a las pastillas de frenos o neumáticos……
Esta información es muy útil ya que además del chequeo percibiremos que nuestro automóvil requiere más atención que pagar el préstamo o el seguro. El mantenimiento además va a amortizar esta inversión alargando la vida útil y aumentando nuestra seguridad y la de nuestros seres más queridos.
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