El sistema de frenado siempre debe de estar en perfecto estado. Es trascendental que lo revisemos periódicamente porque de el dependerá el evitar un golpe por impacto o un accidente mas grave. La DGT no se cansa de advertirnos en todas las grandes vías y autopistas que guardemos la distancia de seguridad Ya que considera que esta es la distancia óptima de frenado…Este empeño no sirve de nada si los frenos están en mal estado. ¿Y cuando están en mal? Desgraciadamente la mayoría de las ocasiones que nuestro coche entra en el taller este sufre algún tipo de desgaste en sistema de frenado.
Este se compone bien de un sistema de discos o bien de un sistema mixto de discos y frenos de tambor. Para comprenderlo lo ilustraremos con un ejemplo sencillo. Un freno de disco es como el freno de una bicicleta; frenamos con dos zapatas de goma sobre la llanta de la bici y esta fricción hace que nos detengamos o disminuyamos nuestra velocidad. Un freno de disco es igual: frenamos con unas pastillas (ferodos) que abrazan un disco .Esta fricción hace que el coche se detenga pero también hace que se desgasten los discos y las pastillas.
Un freno de tambor se sitúa en el tren trasero y también frena por fricción en un caja circular metálica (como un tambor) mediante unas pastillas interiores que rozan el tambor y hacen que el vehículo se detenga.
Dada la importancia que tiene los frenos el sistema de seguridad de los mismos es vital para nuestra seguridad. Una vez que accionamos el pedal de freno la orden se transmite a través de un sistema hidráulico (en la bicicleta es a través de cable) que llegan hasta las pinzas de frenado que a su vez accionan las pastillas que ejercen presión sobre los discos o tambores. Si en todo este complicado circuito algo falla nos podemos jugar fácilmente la vida: Los frenos en buen estado son garantía de seguridad.
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